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Arquitectos: Catalina Montero Wood, Genaro Montero Contardo; Genaro Montero Contardo, Catalina Montero Wood
- Año: 2016
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Fotografías:Antonia Montero Wood
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Proveedores: AEL, CHC, Ignisterra, MK, Marglass, Maver Muebles, NOIN, Tecpro, Terramar
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Casa Catapilco, está ubicada en un terreno donde antiguamente habitaba la cultura Picunche.
La primera aproximación que tuvimos hacia el terreno, fue encontrarnos con una tierra removida producto de antiguas excavaciones de buscadores de oro y plata, un valle de suaves lomas verdes y un pequeño bosque nativo.
El terreno tenía la condición de estar dividido en dos partes, producto del cruce de cables eléctricos y torres de alta tensión. La parte sur corresponde a un bosque nuevo de eucaliptos, que nos sirve de barrera del ruido y visual desde la carretera, y la parte norte, totalmente natural, lleno de arbustos y árboles nativos.
Se eligió la parte norte para el emplazamiento de la obra, lugar de donde recuperaríamos la roca suelta que yacía a nuestros pies, para incorporarla en nuestro diseño arquitectónico, recatando lo que se nos entregaba de la tierra.
Nos propusimos que todos los recintos habitables, públicos y privados se orientaran al norte, aprovechando las vistas y el asoleamiento, generando un volumen lineal que pasa a ser barrera arquitectónica entre el sur, compuesto de un bosque de eucaliptos, y el norte, compuesto de un bosque nativo.
La obra, siendo una barrera entre estos, quisimos que no fuera tan dura en su fachada, la integramos al paisaje incorporando la piedra del lugar y trabajando texturas en algunos muros, haciendo memoria de los cruces de ramas y troncos del bosque nativo.
El volumen de la casa es en general bajo, destacándose la unión de ambos pisos con una caja de escala alta e iluminada a través de tajos de luz y transparencia hacia el sur.
La vida de esta casa gira en torno a la reunión familiar, donde los espacios públicos son multifacéticos y pueden responder a múltiples usos. En el gran espacio del living-comedor, se pueden hacer simultáneamente tertulias en torno al fuego de la chimenea, lectura, juegos de azar y comida, todo esto delimitado solo por el mobiliario.
Enormes ventanales acompañan este gran espacio, haciendo que el exterior participe en el interior, como un gran cuadro verde acompañado por una terraza que se prolonga en todo su largo.
En la prolongación de esta terraza, nace el quincho, espacio también multifacético que se abre totalmente hacia el exterior, lugar con mucha luz y transparencia, incluso en su cubierta.
En cuanto a las materialidades interiores, quisimos simplificar el diario vivir, y por esto, utilizamos porcelanato tipo madera rústicos para todos los pisos interiores de la casa.
Se quiso rescatar el uso de materiales autóctonos de la zona, y de antiguos diseños Picunches, que se refleja en una guarda del piso que recorre todos los espacios públicos de la obra, enmarcando las circulaciones. La piedra que fue rescatada de las mismas excavaciones del lugar, se utilizaron para crear un gran muro que acompaña el ingreso a la casa y la traspasa en su completitud, pasa a ser un elemento arquitectónico protagonista de la obra, y que le da calidez a sus espacios abiertos, amplios y conectados.
No se busco la perfección en los materiales, quisimos reflejar la naturalidad de estos, que se notara la mano humana en la obra de arquitectura, dejando la apariencia de estos, lo más natural posible, sin dejar afuera lo práctico.
Es por esto que los estucos exteriores no son perfectos, no se usaron reglas.
En el interior, específicamente en la cocina que es sur, se manejó con colores blancos para poder darle más calidez y más luz, reforzando esto con una lucarna y luz cenital, eje central del comedor de diario, donde se puede acompañar una cena cotidiana bajo las estrellas.
Se utilizaron pisos claros, cerámicos blancos puros, muebles y cubierta de cocina blanca, de modo que, a cualquier hora, esta cocina está iluminada.
Como otro requerimiento por parte de los propietarios, solicitaron poder tener cada uno su taller, completamente diferentes uno de otro en sus usos, por lo cual, el taller de ella, quedo anexado al dormitorio principal, para aprovechar el sol oriente y norte y tener salida a una terraza exclusiva.
Por otra parte en el otro extremo de la casa y conectado con el área de servicios y garaje, quedo el taller de él, que aprovecha netamente el sol poniente de la tarde, para poder realizar sus trabajos al final del día.
El segundo piso aparece como un volumen que flota sobre la terraza principal del primer piso, para generar un gran alero que da sombra y techo a esta. En este volumen se ubican con la misma vista y orientación 4 dormitorios completamente iguales, dejando en un detrás los servicios conectados por un amplio pasillo.
Como acceso principal, se hizo reminiscencia a los antiguos usos mineros del lugar, creando una puerta como la de una entrada a una mina, con tablones rústicos de roble aserrados, logrando hacer de este acceso un elemento que invita al acceso.
En cuanto a los detalles interiores de la casa, podemos decir que todo fue diseño de los arquitectos. Ignisterra nos ofreció la oportunidad de crear puertas en maderas de duelas de roble, que habían sido utilizadas en barricas de vino, recuperando este material e incorporándolo al diseño de las puertas interiores de toda la casa.
Se diseñaron y fabricaron además, muebles exclusivos, recuperando durmientes de roble de líneas férreas, logrando aun mas calidez a sus interior y exterior.
La Casa responde a las necesidades de los propietarios, rescatando la autoctonía y naturalidad del lugar, con reminiscencia de un pasado glorioso.